
En el año 1979 Helen Tillotson dormía profundamente en su apartamento, cuando a las 5 de la mañana escuchó como su madre la llamaba a gritos: “Helen, ¿estás ahí? ¡Déjame entrar! Helen se levantó de la cama asustada y corrió a la puerta para ver que le ocurría a su madre, esta le dijo que se vistiese y fuese a su casa inmediatamente sin hacer preguntas. Helen llegó a casa de su madre, que vivía en un edificio de enfrente. La madre le explicó que se había acostado a eso de las 11 de la noche y que no se había levantado de la cama hasta su llegada. En ese momento un escape de gas provocó una gran explosión en el edificio en el que vivía Helen, su apartamento se hundió completamente, los bomberos dijeron que si llega estar ahí en el momento de la explosión, no hubiese salido con vida.
A veces tenemos que hacer caso de nuestros sueños, pero otras es mejor dejarlos en lo que son sueños y nada más, pero ¿cómo saber a qué sueños atender y a qué sueños ignorar?
Otro caso, este un poco más cercano, es el que ocurrió también en el año 1979 a Jaime Castell. Jaime soñó con una voz que le comunicaba que nunca vería a su hijo, que nacería tres meses más tarde. Jaime quedó tan convencido de que moriría, que contrató una póliza de seguros de siete millones de pesetas, dinero que recibiría su mujer en caso de defunción. Pasadas unas semanas, Jaime conducía su coche de regreso a casa, cuando un automóvil que venía en sentido contrario, perdió el control chocando contra el vehículo de Jaime. El accidente se saldó con la muerte de los dos conductores. Ciertamente la póliza tuvo que ser pagada, pues quedó demostrado que había sido un accidente. Accidente que Jaime presintió en uno de sus sueños.
Y vosotros ¿con qué soñáis?......