lunes, 15 de junio de 2009

"MADRE VICTORIA" de Luis Miguel Díaz


Ya lo tengo en mis manos. Como recién salido del horno he recibido el nuevo libro de Luis Miguel Díaz "MADRE VICTORIA". Como siempre he realizado mi ritual del libro nuevo: estudiar su cubierta (que te hace imaginar las aventuras que vivirás dentro de sus páginas) y por supuesto, como no podía ser de otra manera, he aspirado ese aroma tan característico (que nunca conseguirá el impostor e-book) a libro nuevo.

De este modo es presentado en la contracubierta:

En tus manos tienes, amable curioso, la azarosa vida de una mujer, Micaela Rueda, quien, por carecer del cariño materno, se alimenta de la idea platónica de la madre, su Madre Victoria, su álter ego proyectado en las memorias que escribe y encarnado en algunas personas cercanas, buenas y generosas que vendrán a acompañarla.
Aunque la historia no quiere ubicarse en el espacio y el tiempo, enseguida se adivina algún lugar de la España profunda de posguerra; aún niña, morirá Heidi en Micaela para dar comienzo su vida de Cenicienta, a la terrible sombra de su madre natural. Y llevará una vida abnegada en que habrá de mirar compasivamente a los salvajes y sentir el gran dolor que hay en saberse diferente.

Y continúa con unas pequeñas críticas:

“Es tal la energía y entereza de la protagonista, que en ningún momento nos podemos abstraer del encanto (casi sinestésico, táctil diría) que de ella emana...” Miguel Ávila (profesor de literatura)
“No soy crítico literario, pero, si sirve para algo, he “sentido” su lectura. Observo una gran capacidad de análisis y una buena mirada para montar los personajes”. José Luis Garci (director de cine).

Creo que no debería nadie dejar de leer esta novela (¡hasta mi marido se ha enganchado!). Quiero que entendáis que no sólo es el orgullo que siente una hermana (que también lo es) el que me hace recomendarla, si no que es por la destreza del autor a la hora de describir parajes y personajes, sentimientos olvidados y encontrados... Esa manera de expresarse, que en muchos pasajes hizo que llorase, tanto de pena como de rabia, al contemplar la penosa vida de nuestra protagonista MICAELA RUEDA.

Os animo a leerla, estoy completamente segura de que disfrutareis con todos y cada uno de sus pasajes y os propongo el reto de que dejéis vuestros comentarios en este blog, o si lo preferís podéis escribirme para publicar un artículo con vuestra opinión del libro a: laverdadestaahifuera.m@gmail.com. Si alguien quiere conseguir el libro, también puede ponerse en contacto conmigo.

Espero que gocéis tanto como yo lo hice al leer este memorable libro.


miércoles, 3 de junio de 2009

PROYECCIÓN ASTRAL

La proyección astral es una experiencia que pueden experimentar conscientemente algunas personas, en la que se abandona el cuerpo físico, quedando unido el cuerpo astral con el físico con lo que se denomina "cordón de oro". Es fascinante a la vez que aterrador poder ver el mundo desde ese otro punto de vista, siempre asegurándonos de nuestro regreso.


Pero ¿cómo podemos conseguir hacer un viaje astral? Hay personas, que sin proponérselo, consiguen abandonar el cuerpo por un tiempo, algunos casos han ocurrido cuando la persona estaba siendo sometida a una intervención quirúrgica o en accidentes. Ernest Hemingway abandonó su cuerpo cuando fue herido en la primera guerra mundial:


“...mi alma, o algo, saliendo de mi cuerpo, como si sacaras un pañuelo de seda de un bolsillo tirando de una esquina. Voló por allí y después volvió y se metió dentro y yo ya no estuve muerto.”


Yo misma, siguiendo las instrucciones de Melita Denning y Osborne Philips en su libro “Proyección astral”, conseguí salir de mi cuerpo.


“Me acosté y empecé a relajarme pensando que quería dar un paseo por la casa. No vi como salía de mi cuerpo, ni el cordón de oro. Cuando me quise dar cuenta estaba flotando paseándome por toda la casa. Era una sensación extraordinaria de la que era plenamente consciente, me encontraba en paz y feliz. Cuando pasé cerca de un calendario lo rocé y calló al suelo, me asusté tanto que regresé en un santiamén a mi cuerpo. Recuerdo levantarme de la cama y sentirme fatal, la entrada al cuerpo físico fue demasiado rápida. Fui a por un vaso de agua y al pasar por el calendario lo vi tirado en el suelo, esto me hizo recordar lo bien que me encontraba antes de mi inesperado regreso.”


Mi experiencia fue muy positiva, pero conozco a personas que también lo han hecho y el resultado no les ha gustado nada:


“Me tumbé en el sillón y empecé a relajarme pensando que quería encontrarme con mi yo interior. De pronto aparecí en una playa muy bonita, vi que se acercaban por la orilla dos personas, un hombre y un niño cogidos de la mano, cuando llegaron donde yo me encontraba el hombre dijo “me buscabas”, en ese momento sentí muchísimo frío y miedo y lo único que quería era regresar a mi cuerpo. La vuelta no fue tan agradable como la salida”.


“Estaba tumbada en mi cama cuando empecé a flotar y veía mi cuerpo desde arriba. De pronto mi abuela empezó a llamarme pero yo no podía contestar, me resultaba imposible regresar a mi cuerpo, tuvo que entrar mi abuela y agitarme para que yo pudiese volver.”


Si habéis tenido alguna experiencia fuera de vuestro cuerpo, tanto buena como mala, me gustaría poder leerla, y si me dais vuestro permiso, publicarla. Escribir a: laverdadestaahifuera.m@gmail.com