LAS HERMANAS FOX

Hermanas Fox



Corría el año 1884 cuando la familia Fox vivió una serie de fenómenos inexplicables en su pequeña casa del pueblo de Hydesville en el estado de Nueva York. La noche del 31 de Marzo las hijas del matrimonio Fox Margaretta y Cathie, decidieron comunicarse con la presencia que no cesaba de dar golpes. Cathie pidió que hiciese lo mismo que ella y comenzó a dar golpes con las manos, el sonido fue repetido como un eco en las montañas, con la cantidad exacta de golpes que la niña dio. Martgaretta imitó a su hermana, pidiendo a la presencia que repitiera los golpes que ella hacía y como era de esperar los golpes se calcaron. Usaron un código alfabético para poder comunicarse con la entidad y descubrieron que se trataba de un buhonero de 31 que decía haber sido asesinado y que sus restos descansaban en el sótano de esa misma casa. Vecinos acudieron a la casa y pudieron comprobar que realmente alguien en el otro lado contestaba las preguntas, pero estos sonidos sólo aparecían en presencia de las hermanas Fox. La familia se trasladó a Rochester y con ellas el incesante golpeteo y que ahora no cesaba de repetir “Habéis sido elegidas para comparecer ante el mundo y convencer a los escépticos de la gran verdad de la inmortalidad”.

El 14 de Noviembre de 1848 las hermanas Fox, por petición de los espíritus, alquilaron el salón más grande de la ciudad para hacer una demostración, allí fueron ridiculizadas y agredidas por gran cantidad de personas, aunque se demostró en los tres comités que investigó los fenómenos, que no había ninguna prueba de que fuese un engaño. Debido al acoso constante que sufrían, tuvieron que marcharse a Nueva York, donde cambiaron el sistema de comunicación de golpes por la escritura automática, las manifestaciones y la comunicación oral en la que los espíritus hablaban a través de ellas.

El científico William Crookes dijo:

“Durante varios meses he disfrutado de la oportunidad casi ilimitada de comprobar los diversos fenómenos que ocurrían en presencia de esta dama, y examiné especialmente los fenómenos auditivos... Parece que sólo es necesario que coloque su mano en cualquier sustancia para que se produzcan en ella fuertes golpes, como una pulsación triple, que a veces son tan fuertes que se oyen a varias habitaciones de distancia. He escuchado... esos sonidos que provenían del suelo, las paredes, etc., cuando las manos y los pies de la médium estaban sujetos, cuando estaba de pie sobre una silla, cuando estaba suspendida del techo en un columpio y cuando se desvaneció en un sofá... Los comprobé de todas las formas que se me ocurrieron, hasta que tuve que llegar a la conclusión de que eran hechos auténticos y objetivos, no producidos mediante trucos o medios mecánicos”.