sábado, 9 de mayo de 2009

COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA (realidad o ficción)

Durante la historia han aparecido gran cantidad de casos de combustión espontánea, muchos de ellos no han sido contados. Pero ¿qué es la combustión espontánea?, según dicen, (se puede comprobar en el Capítulo 11 Temporada 1 de Expediente X), se trata de un fenómeno mediante el cual una persona, sin una fuente externa de ignición, hace que su cuerpo arda, provocando quemaduras en la piel y en algunos casos llegando a la incineración casi completa del cuerpo.

Relataré aquí algunos de los casos que me han parecido más interesantes, y que han sido investigados intentando encontrar alguna explicación razonable a este fenómeno tan desconcertante como horrible.

En San Petersburgo, Florida, vivía Mary Hardy Reeser en un pequeño apartamento de una sola habitación. El 1 de julio de 1951 su casera entró en el apartamento y vio a la señora Reeser sentada en una poltrona, vestida con un camisón y una bata, y fumando un cigarrillo. Cuando la casera regresó pasadas unas once horas para entregarle un telegrama, se encontró con que el picaporte de la puerta quemaba y no podía entrar en el apartamento. Asustada pidió ayuda a unos pintores que esteban por ahí, y cuando consiguieron entrar vieron como ardía una viga de madera, sin embargo no localizaron a la señora Reeser. Los bomberos descubrieron una pila de cenizas y al lado un pie en una zapatilla, un cráneo contraído y un trozo de espinazo, estos eran los restos de Mary. En un sofá, que estaba a una distancia de 1,50 metros, se encontraba una pila de ropa que permanecía intacta, al igual que un montón de periódicos que estaban apilados cerca del incendio. Sin embargo los plásticos que se encontraban a la misma distancia, estaban derretidos completamente.

No se encontró rastros de ningún producto químico que favoreciese la combustión de un cuerpo de esa manera, e improbable que un cigarrillo provocase tan tremenda catástrofe, más aún cuando lo que realmente ardió fue sólo el cuerpo de la anciana. Intervino en la investigación el doctor Wiltom M. Krogman, quien dijo que quemando un cuerpo durante más de ocho horas, en un crematorio y a una temperatura no inferior a 1.093º C, aparecerían huesos que podían ser reconocidos. A esta temperatura tendría que haber ardido también la habitación o por lo menos, haber abrasado todo aquello que se encontrase cerca.

Otro caso interesante fue el de la condesa Cornelia Bandi que murió a la edad de 62 años. Una mañana de abril de 1731, la doncella entró en la habitación de la condesa, para despertarla como todos los días acostumbraba, cuando quedó horrorizada al ver que lo único que quedaba de la condesa eran: las dos piernas, el cerebro, la mitad de la parte trasera del cráneo, el mentón y un montón de cenizas. Como en el caso de Mary, aquí también era imposible que sin ninguna fuente externa que ayude a arder un cuerpo hasta quedar en esas condiciones, mencionando también, que nada de lo que había a su alrededor sufrió daño alguno, solamente el cuerpo de esta señora que se consumió como si se tratase de un vela.

Creo que con este caso doy por zanjada la combustión espontánea, pues aunque a mi me gustan los temas paranormales, y este caso lo es, me inspira más horror que ninguna otra cosa.